Como un acto
legítimo de fe, los políticos advenedizos invocan el nombre de “la democracia” para
escalar de manera ruinosa y con maldad en la pirámide social. Acá y en el lejano oriente, más del 90 % de
los contendientes a las elecciones populares son de cuna pobre, personajes con
un limitado acceso al orden material pero, sobre todo, con una pobreza
espiritual impresionante. Usted, querido lector/a puede enumerar a estos
personajes según sus recuerdos, sus conocimientos de política o su propia
experiencia. Luego, hacer un breve análisis y percatarse que la política es una
pérdida de tiempo; aunque los actos políticos de estos personajes nos
perjudiquen la vida.
En ese sentido,
en mi columna pasada -por ironía- inventé tres “personajes tipo” de una figura
política: “mal ladrón”, “princesa torcida” y “babucho galán”. Estos cómicos de ficción son modelos -casi
absurdos- de un político real.
Por ejemplo,
“mal ladrón” es un tipo de persona, quien impulsado por la ambición desmedida
es capaz de mentir de forma aberrante para acceder al poder y sentarse en “la
silla” presidencial; ¿les recuerda algún contendiente? En relación a “princesa
torcida” es aquella contendiente, quien promovida por el pasado cercano de sus
familiares, quienes participaron en política creen tener las cualidades para
competir en la loca carrera por la presidencia. Este personaje es peor que una
burla, porque ella no se percata de lo ridículo de sus actuaciones. Sé que
usted pensó -por lo menos- en dos de las participantes en nuestra democracia
reciente. Por último, “babucho galán” es el personaje que, impelido, por su
ascendencia de “linaje” cree que el mundo le pertenece y por eso debe
participar. Este sujeto es más torpe que
la ignorancia, nada lo califica para competir en la disputa electoral. Sé que Usted
recordó por lo menos tres o cuatro aspirantes.
Toda una basura política, sin sentido que nos toca vivir.
Con este tipo de
“personaje”, quienes invocan la democracia como si creyeren en el padre de
alguna religión y lo escupen con sus actos, no tiene sentido la participación
en la “fiesta del voto” como dice un comentarista de la televisión local. Pero,
además, este comentarista pone en evidencia su ignorancia y en su perorata dice
“la democracia universal”. ¡Vaya!, qué frase más incoherente, porque la
democracia, como modelo, no es universal. Pero juguemos a la ironía, otra vez,
querido lector/a.
De esa cuenta, tengo
la certeza que la vida existe en otros universos. Entonces, por casualidad,
aparece E.T. -claro nunca viene a los países como los nuestros, él debe llegar
a California o New York- pero supongamos que por un error de coordenadas cae por
acá. Además, el extraterrestre se incorpora -de manera clandestina- a nuestra
sociedad. Luego de estudiar de forma antropológica las costumbres humanas y con sus cualidades superiores de extra
terrestre, se sorprende porque seleccionamos a los peores representantes para
gobernarnos a través de la democracia participativa. El E.T. en un acto
desesperado, interpondría un amparo intergaláctico y nos declararía en estado
de demencia por creer en un modelo que opta por lo peor. Entonces, me adhiero a la causa de E.T., me
declaro fuera de este universo y no voto. #noalvoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario