Si Dios es el de Cash Luna, debemos
cuestionar toda la fe que sostiene su práctica. Porque los evidentes visos de
corrupción -con su mega posición- empiezan a salir a flote y pronto estará
destronado. Como una predicción, le aseguro -querido lector- que antes de caer
el pastor en prisión, lo más seguro es que salga huyendo y sea prófugo como
Sinibaldi, quien pronto lo hallará la Interpol y terminará tras los barrotes.
Para las personas, como usted,
quienes practican el respeto y su fe de una forma honesta es inmoral que un
pastor reciba coima de una corrupción, coloque una bandera gigante con un asta
de 44 metros y con un valor de casi un millón de quetzales. Ese dios de la
opulencia, solo viene de la corrupción moral de un pastor pervertido por la
riqueza. Tampoco puede alegar ignorancia, él -le aseguro lector- conoce bien en
que aguas turbias navega y sabía con certera posición que el dinero de la
bandera era de la corrupción de la ex presidenta, Roxana Baldetti, quien merece
por lo menos dos cadenas perpetuas y un día más, para tener la certeza que solo
muerta salga de prisión.
Además, por si no lo oyó, lo puede
encontrar en el Internet, el mismo Cash aseveró en una prédica -con su
antojadiza interpretación- cito textual “…que Jesús tiró las mesas por allá
cuando ofrendaron mal…” Dice el anodino pastor que a Jesús no le importó la
traición de Judas o la negación de Pedro. Vaya criterios para enseñar el amor
al prójimo, el respeto y otras cualidades inherentes que deben contener fe
cristiana. Por cierto, Jesús tiró las mesas en el templo, porque precisamente
-se lee en la biblia- habían convertido la casa de su padre en un mercado de
usureros. Sin embargo, esas palabras de la ofrenda y el enfado de Jesús están
selladas con la propia boca de Cash, donde se puede colegir que lo único que
mueve a este ser humano es la avaricia al dinero.
El Dios de los cristianos honestos,
querido lector, NO ES DINERO. Pero el pastor de marras solo le importa su
confort personal, su dios no es el Dios de la fe.
Entonces, veamos unas matemáticas
elementales sobre lo que se llama el diezmo en la iglesia denominada la Ciudad
de Dios. Por una aproximación simple se puede comprender que la ofrenda es la
excusa perfecta para lavar dinero del narcotráfico y otros ilícitos, por
ejemplo, la corrupción de una ex presidenta; quien niegue la corrupción en esta
iglesia es como escuchar a Pedro negar a Jesús.
En sus datos la iglesia reporta que
en el auditorio se pueden sentar once mil personas, de las cuales solo el 10% o
15 % son jefes de familia o sea son las individuos que ofrendan, porque la
participación de las esposas y los niños en ese tipo de práctica religiosa es
nula. Entonces, ¿cuánto debe ganar este creyente para construir una iglesia
como la referida? Los datos no van a cuadrar nunca y la SAT debe investigar a
los ofrendantes y las cuentas del pastor. Acá un dato histórico curioso, el
Banco Ambrosiano vinculado al Banco del Vaticano fue investigado, precisamente,
por el mismo tema, el lavado de dinero de los ilícitos de la mafia. ¿Cuántos
ilícitos tendrá Cash Luna para tener una iglesia como La Ciudad de Dios?
En síntesis, si por la fe se mueven
montañas por la corrupción se mueve el dinero, se fundan iglesias con pastores
que no tienen escrúpulos y lo único que les importa es la riqueza para comprar sus
aviones, sus relojes de oro y demás banalidades. Entonces, si Dios es del Cash
Luna, debo cuestionar el principio de Dios por la dignidad humana.
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